Parece que todo se está mirando con lupa, y que cada vez son más las herramientas utilizadas para denunciar y reclamar por los derechos, esos que desde hace años nos vienen quitando; cada vez con más descaro. Pero las cuerdas se pueden tensar hasta cierto punto, y es que hoy los ciudadanos, hartos de preguntarnos como llegaremos a fin de mes y pensando que próximamente nos preguntaremos como llegaremos al día siguiente, nos estamos llenando cada vez de indignación, nos hemos quitado la venda de la indiferencia y estamos saltando a las calles, llenando las redes sociales y escribiendo mil y una vez, ¡Basta ya!, ya no más abusos, de mantener puestos inventados para los amiguetes de quienes tienen el poder, ya está bien de despojarnos de lo poco que nos queda, de dejar en la calle a familias que una vez soñaron con una casa que terminó siendo su pesadilla más cruel, de desamparar a ancianos y de eliminar los recursos a quienes tienen discapacidades físicas o psíquicas; todo para beneficiar a unos pocos que se les ha roto el bolsillo, porque no les cabía más el dinero que nos han robado a los demás.
Todas las generaciones se juntan, las antiguas con las nuevas, las que lucharon por el bienestar que hoy nos arrebatan y los que ven que su futuro tiene menos esperanzas; todos en medio de gritos que se expanden por el mundo, para exigir una democracia verdadera y legítima; se reúnen en una autentica lucha para acabar con la mentira que día a día nos cuentan, para terminar con esos privilegios que están demás y porque cuando se elige a quienes gobiernan es sólo para que una voz hable por los demás y no para que decida para si mismo, sino para todos, porque señores, es tiempo de hacer historia, pero una historia sin violencia y bien escrita, que pase a través del tiempo, y sirva de lección para que más adelante se cuente como nació una verdadera democracia, un bienestar social e igualitario, en donde deja de ser sólo una fantasía, para ser la realidad en la que las personas no permitan que errores como estos se repitan una vez más y que cualquier intento de revivirlos sea castigado con justicia real y no tan ciega y sorda como la conocemos hoy.
Estamos despertando de un sueño que parecía eterno; pero apenas comenzamos, aún seguimos dormidos, quien sabe si volveremos a dormirnos o definitivamente nos levantaremos y cambiaremos nuestras vidas.
Los que tengan los ojos cerrados, que comiencen a abrirlos ahora.
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